12 mayo 2006
CAMBIO
Te preguntarás ahora porque no vuelvo a aquella habitación. La verdad es que no lo se. Quizá es el dolor que no me deja. Y allí molesto. No quiero dar lástima arrastrándome detrás de la serpiente y poniéndome a su nivel, no quiero convertirme en el avestruz y su soterrada cabeza. También yo se gritar e insultar y no lo hago. Considérese esto como una despedida a todos los efectos. Y pensar que he llegado a llorar por tí...
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