La fiesta fue lo normal. Etanol entre una valla de metal y un muro de hormigón con todo el mundo. Incluida mi nueva amiga Rosa. Y si es que hay veces que el mundo sonríe y las cosas se arreglan así de repente. Parte de la culpa la tuvieron también X e Y, que se portaron bien. Fue cosa de diez minutos pegados a una valla mugrienta de metal, pero en esos diez minutos me conseguí librar de toneladas de estiércol que llevaba a mis espaldas. Es recomendable. Haciendo recuento, estábamos los de siempre, Zipi, X, Y, Brown, Almirante S y, a ratos, Punk, CJ y Mili. También contamos con la agradable presencia de dos nuevos colegas f(Zipi) y f(D_x). Tras una hora y pico de delirio etílico retornamos al cubil de siempre, donde comemos, cenamos, desayunamos y alguno que otro liga (yo no). La noche fue transcurriendo como siempre, con un DJ de tercera que no nos regaba mas que con reggaeton mezclado con alguna bisbalería y alguna canción mítica de los 80. Estas últimas eran lo que se salvaba. El primero que claudicó fue Brown, alegando cansancio extremado. Poco después desaparecieron f(Zipi) que se fue a casa y el mismísimo Zipi, con Mili, claro. Como ya llevábamos unos pocos combinados flotando en nuestro cerebro, la cosa se complicó. X y el Almirante S se arrejuntaron y, tras unas horas de baile la fiesta se acabó. Eran las siete y pico. Acompañé a f(D_x) a donde había quedado con su coche para volver a casa y yo me volví al colegio. Tras permanecer un rato con X y el Almirante S me fui a la cama. Tenía tres horas antes de ir a la academia. Y es que, en el fondo, esta ha sido la forma más dulce de saber que un sueño no se va a hacer realidad.
21 mayo 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario