Un año esperar no es nada, si la espera te retorna algo bonito. Esperar no es mentir, sino el paso de un tiempo que no es más que un camino hacia la meta, una cigüeña que vuela hacia su destino invernal para retornar en primavera. Eso es esperar. Dejar que lo viejo se haga nuevo por momentos, que todo aspire un hálito de vida y se fortalezca. Es lo que necesitaba decir. Esperar no es perder el tiempo, sino aguardar el momento en el que la fruta está madura y agarrarla con la fuerza suficiente como para arrancarla y comértela. Es la decisión que hay que tomar, esperar o correr hacia un destino incierto. Yo espero.
05 julio 2006
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