Ahora que ya han acabado las fiestas, perdonad por la falta de actualización. Tras el "adios, adios San Juan" se produjo un hecho que me hizo replantearme la importancia de pequeñas decisiones que tomamos, quizá sin pensarlo lo suficiente, pero que pueden hacer cambiar el rumbo de tu vida. Si yo hubiera huido de aquel lugar rabioso y enfadado, posiblemente nunca abría vivido un momento de los más felices que he tenido nunca. El hecho de haber retrocedido sobre mis pasos y no haberme quedado con las ganas de hablar me ha dado una posibilidad en mi vida que no me esperaba.
Como siempre suele pasar en la vida, tarde o temprano alguien tiene que perder. Podía haber sido yo, y todavía puedo, aunque espero que no. Ya serían varios reveses.
La lección que espero que saqueís de esto es que nunca hay que esconder la cabeza, que hablando se entiende la gente y que, a veces, aunque las cosas empiezen muy torcidas, se pueden enderezar. Era la primera vez que decía algo así, era la primera vez que temblaba de nervios por sentirme rabioso y defraudado, pero resultó que no, que sólo eran dudas.
Ahora parece que la decisión está tomada y que todo está tranquilo.
Como siempre suele pasar en la vida, tarde o temprano alguien tiene que perder. Podía haber sido yo, y todavía puedo, aunque espero que no. Ya serían varios reveses.
La lección que espero que saqueís de esto es que nunca hay que esconder la cabeza, que hablando se entiende la gente y que, a veces, aunque las cosas empiezen muy torcidas, se pueden enderezar. Era la primera vez que decía algo así, era la primera vez que temblaba de nervios por sentirme rabioso y defraudado, pero resultó que no, que sólo eran dudas.
Ahora parece que la decisión está tomada y que todo está tranquilo.
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