14 abril 2006
LLANTO
Aquel día lloré por aquella mujer en la capital de España. Aquel día marcado a fuego quedó en mi memoria. Ese día, lo que yo pensaba sería una noche al lado de mi sueño, irrealizable por completo, se tornó en un infierno de melancolía y tristeza. Aquella noche, sentí como mis más primarios sentimientos de odio salían a relucir y me provocaban con objeto de cometer alguna tropelía. Aquella noche sentí como todos los castillos que había construido, quizá en el aire y sostenidos por suspiros, se caían, rompiéndose en mil pedazos de confusión y malos sentimientos. Esa noche, ví como se iban por la borda todos los sentimientos de ternura que había tenido hacia aquella mujer. Si, amigos, aquella noche lloré por ella, y no mereció la pena.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario